Tragedia en Chicomuselo: Siete Horas de Terror por el Narcotráfico

 En el municipio de Chicomuselo, Chiapas, la tragedia ha envuelto a la comunidad de Nueva Morelia, donde miembros de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Sinaloa se enfrentaron durante siete horas el 4 de enero, resultando en más de 20 personas muertas, incluyendo dos civiles. La población quedó sumida en el pánico y la zozobra, refugiándose como pudo para salvaguardar sus vidas mientras las balas penetraban las láminas de sus hogares.

El comunicado emitido por los habitantes denuncia el aumento de la violencia sin una respuesta efectiva del Estado, cuya responsabilidad es proporcionar seguridad. La comunidad de Nueva Morelia, que alberga a más de 700 personas, se vio obligada a evacuar el 5 de enero debido a la falta de seguridad en sus hogares, ya que ninguna autoridad les garantizaba protección.

La situación se agrava con la evacuación previa de la comunidad de Limonar el 26 de diciembre, cuando el CJNG entró para expulsar a los residentes, generando un éxodo hacia comunidades vecinas y las colinas cercanas. Testimonios revelan el temor y el sufrimiento de niños y jóvenes, así como la creciente desesperación de la población.

La sociedad civil de Chicomuselo clama por la intervención gubernamental, señalando la falta de seguridad proporcionada por el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y las autoridades estatales. Además, denuncian que el CJNG mantiene la cabecera municipal bajo control, estableciendo retenes y casetas de vigilancia que aterrorizan a la población.

El llamado a la solidaridad internacional busca concientizar sobre la urgencia de la situación y presionar a los niveles gubernamentales para actuar conforme a derecho y devolver la paz y seguridad al pueblo afectado. La resistencia local busca evitar el pago de cuotas y evitar ser cómplices de los grupos criminales que aterrorizan la región.

El enfrentamiento entre cárteles en Chiapas, evidenciado por el trágico incidente en Chicomuselo, refleja el peligroso panorama del tráfico de drogas en la región. La violencia desencadenada por estas organizaciones criminales no solo cobra vidas, sino que también obliga a comunidades enteras a abandonar sus hogares, sumiéndolas en el miedo y la desesperación.

Chiapas, un estado conocido por su riqueza cultural y biodiversidad, se ve afectado por la penetración del narcotráfico, que no solo amenaza la seguridad de sus habitantes, sino que también socava la paz social y la estabilidad. La falta de una respuesta efectiva por parte de las autoridades agrava la situación, generando un vacío de seguridad que estas organizaciones llenan con violencia y control territorial.

El hecho de que los cárteles estén dispuestos a enfrentarse abiertamente, incluso en zonas pobladas, ilustra la audacia y el desprecio por la vida que caracterizan a estos grupos criminales. La población civil se ve atrapada en medio de esta violencia, obligada a abandonar sus hogares y comunidades para buscar seguridad.

El tráfico de drogas no solo implica un problema de seguridad, sino que también está vinculado a otras formas de delincuencia, como el secuestro, la extorsión y la corrupción. Además, la presencia de estos cárteles afecta la economía local y obstaculiza el desarrollo de la región.

Es esencial que las autoridades a nivel federal, estatal y local refuercen sus esfuerzos para combatir el tráfico de drogas y desarticular a estas organizaciones criminales. Además, se debe abordar la raíz del problema, implementando estrategias integrales que incluyan el desarrollo socioeconómico, la educación y la prevención del consumo de drogas.

La situación en Chiapas destaca la urgencia de abordar el tráfico de drogas como un problema multidimensional que requiere la cooperación de todas las instituciones pertinentes y la movilización de la sociedad civil.